Todo cambio tiene su inicio.
Así empezó mi transformación, mi viaje hacia una alimentación saludable y una vida plena. Desaparecieron los fantasmas surgidos de la preocupación por el peso. Dije adiós al sentimiento de culpa y a la insatisfacción continua.
Mi cuerpo se curó. Dejé atrás todo el malestar que sufría y que se presentaba con síntomas como el estreñimiento, fuertes dolores de cabeza, constantes anginas y resfriados.
La transformación fue tan grande que logré superar la amenorrea. Cuando el cuerpo sana la mente le sigue. Por eso, desde entonces, vivo mi regla desde la alegría y la gratitud.